La casa se sitúa en Akumal, en un terreno privilegiado con vista y acceso al Mar Caribe precedido por rocas. 

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La casa se desplantó 2.00m sobre el nivel de banqueta para potencializar la vistas disponibles y proteger de inundaciones.  

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Las plantas arquitectónicas y secciones son dinámicas rotando en distintas direcciones hacia el mar para poder captar distintas y únicas vistas en cada habitación.

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Para acentuar esta intención, en la altura de los entrepisos también se manejó un esquema de jerarquización donde la sala tiene 5m de altura.

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En la envolvente de la casa el material predominante es el vidrio para propiciar una sensación de integración con la naturaleza. 

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En el exterior del lado hacia el mar, además de ser una amenidad característica, se encuentra la piscina infinita en forma de semi-círculo que también actúa como transición entre el interior y el exterior.

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En los interiores los espacios son tranquilos y se han resuelto en tonos neutrales para difundir suavemente la claridad del sol. Los muebles contienen algunos acentos en colores alegres y se complementan con obras de arte Colombianos originales de la mamá de la propietaria.